Si tengo que vivir de likes de Instagram, creo que lo llevo mal. Mi trabajo principal son los deportes de aventura, soy guía de montaña desde 2005. Es lo que me apasiona y es lo que me da de comer. La fotografía fue un hobby, con una quimera: poder vivir de ello algún día y poder compaginar las dos cosas, las actividades de aventura y la fotografía. Pero será que me estoy haciendo viejo y que las prioridades aprietan, que esa quimera va desapareciendo. Y no es por falta de pasión por la fotografía, sino más bien por falta de tiempo y de compromiso por parte de algunos organizadores de pruebas que no están dispuestos a pagar a un fotógrafo profesional.
Y si te fijas en mi Instagram, no verás muchos likes en mis fotografías. Tal vez te puedan parecer feas o típicas. Quizás mi estilo de edición no es tu preferido, o puede que no llegue en el momento adecuado en el que el deportista está haciendo el esfuerzo de su vida. Pero los likes no me quitarán la pasión.
Es esa pasión por la fotografía la que me hizo levantarme a las 8 de la mañana para coger el coche y plantarme en un destino a casi dos horas de mi casa. Acabé de recoger todo el material de la actividad de la noche anterior a las 3 de la mañana. Lo habitual hubiera sido quedarme en casa, tal vez coger la bici para activar un poco el cuerpo y tirarme en el sofá para reponer fuerzas para los días de verano que me esperan entre espeleología, arborismo, multiaventura y kayak. Pero mi mente me decía que debía coger la furgoneta y, aunque fuera un ratito nada más, hacer fotos en la carrera que se disputaba en El Almendro. Tenía que fotografiar a los mejores del estado español, dos de ellos andaluces.
Y esto fue lo que hice. El sueño y el cansancio no les ganaron a las ganas que tenía de hacer fotografía deportiva. Llegué y empecé a preguntar dónde me podría colocar. Mientras, se estaba disputando el campeonato de España de féminas, lo cual aproveché para disparar a las que iban pasando mientras me ubicaba en el mejor sitio.
Por fin, cuando las ciclistas acabaron su prueba, pude encontrar la bajada que buscaba, ese salto que quería atrapar. Y allí me quedé. El ambiente era tremendo y el calor también. A los que nos gustan las bicis, nos debe pasar algo en la cabeza, y no muy bueno, porque los accesos al descenso no eran muy fáciles, pero allí había un montón de gente alentando a los corredores.
En el primer paso vi cómo David Campos y Jofre Cullell iban en cabeza, un poco más retrasado, David Valero, el campeonísimo andaluz.
No te voy a hacer una crónica de la carrera, ya que solo estuve en ese sitio. Eso sí, me llenaron de polvo hasta las cejas, pero no veas cómo lo disfruté.
Después de varias vueltas me tuve que ir, asuntos familiares me acuciaban y tenía que partir de nuevo para Aracena, pero eso sí, con una buena remesa de fotos, de las cuales todavía estoy relamiéndome.
Y aunque he colgado algunas en Instagram y tienen pocos likes, a mí me parecen espectaculares. Hace tiempo ya que no me llenan los likes, me llenan más las llamadas de teléfono para que les haga tal o cual trabajo a ciertas marcas de material deportivo, o llamadas de deportistas que necesitan tener material para crear contenido.
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